La deforestación y conversión de ambientes naturales son temas muy preocupantes. Se refieren a la pérdida de la cobertura vegetal natural de un ambiente, (como bosques, pastizales, humedales), generalmente provocada por la acción humana para destinar ese suelo a otras actividades, como la agricultura, la ganadería y la urbanización.
Estos procesos tienen un enorme impacto negativo: contribuyen al cambio climático -ya que se incrementan las emisiones de dióxido de carbono (CO2)-, reducen y fragmentan el hábitat de especies animales y vegetales -aumentando el riesgo de extinción- y dificultan la capacidad de los suelos de regular excedentes de agua y, por ende, inundaciones. Pero también atentan gravemente contra el desarrollo sustentable de la sociedad, ya que disminuyen la provisión de servicios ecosistémicos, como la regulación del clima, la captación y reserva de agua dulce, y la estabilidad de los suelos para la producción de alimentos.
La deforestación y conversión de ambientes en el Gran Chaco Argentino está ocurriendo a una tasa alarmante, y el panorama a futuro no parece muy alentador.